Mónica Rikic: arte, tecnología y humanidad entrelazadas

Mónica Rikic: arte, tecnología y humanidad entrelazadas

En el cruce entre lo humano y lo mecánico se sitúa el trabajo de Mónica Rikic, creadora electrónica y programadora creativa barcelonesa, cuyas piezas interactivas van más allá del mero espectáculo tecnológico para convertir la robótica y la programación en herramientas críticas de reflexión.

Una de sus obras más recientes, Somoure, está presente en la exposición Simbiòpolis del Palau Robert, un proyecto que reúne innovaciones del Mobile World Congress con miradas artísticas que interrogan nuestro presente y futuro tecnológico. Con Somoure, Rikic transforma un robot asistencial en una pieza de arte vivo, que invita al espectador no solo a contemplar, sino a preguntarse: ¿cómo queremos que los aparatos que nos cuidan nos traten?

La obra de Rikic parte de un enfoque holístico. No se limita al diseño técnico: incorpora filosofía, sociología e incluso crítica de los imaginarios culturales que rodean a la inteligencia artificial y la robótica. En sus proyectos, la máquina deja de ser un objeto neutro para convertirse en un sujeto con sus propias tensiones: miedo, incertidumbre, sentido de identidad.

Un ejemplo es su pieza La computadora que quería ser incomputable, donde el robot experimenta algo parecido al síndrome del impostor porque no se parece a lo que se espera de él: se le exige creatividad y se le obliga a estar a la altura de criterios humanos. Rikic pone en escena esa disonancia para mostrar cómo proyectamos en la tecnología nuestras aspiraciones y nuestros miedos.